Cuando echamos un vistazo a nuestros recibos mensuales, no solo encontramos las cuotas del colegio, del club o la compra semanal. También están los gastos de luz y agua. No suelen ser servicios “baratos”, incluso la luz, que parece empeñada en subir año tras año. Ante este panorama, ahorrar en el consumo de agua y luz suena como música celestial.
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