Se avecina el verano y con él las altas temperaturas. Es por esto que es muy importante estar seguros de que nuestro aire acondicionado funcione correctamente, haciendo un buen mantenimiento.
Ya sea split, central, minisplit o portátil, el aire acondicionado, al igual que muchos otros electrodomésticos de nuestro hogar, requiere de mantenimiento preventivo para asegurar su correcto funcionamiento.
Por lo general el mantenimiento preventivo en el caso de los aires acondicionados se realiza 1 vez por año.
Esto es así porque con el uso va ensuciándose (filtro interno, serpentina interna, filtro externo, turbina, etc)es , así como también revisar la presión del gas refrigerante. En el caso de que estuviese baja, no solo debe recargarse, sino y mucho más importante, verificar la estanqueidad del sistema. No tiene sentido inflar un globo pinchado, ¿verdad?
Una de las principales consecuencias de la falta de mantenimiento es la perdida de rendimiento. Otra, y que está vinculada, es que el equipo comienza a congelar. Para ver más al respecto, lee nuestra nota sobre el congelamiento de equipos.
Es posible que si su uso es excesivo (8 o mas horas diarias), sea necesario revisarlo más seguido y, en contraposición, si se lo usa muy poco como máximo se podrá esperar 2 años. Nunca se debe dejar pasar más de este tiempo para realizar el mantenimiento, ya que estaremos poniendo en riesgo a todo el artefacto por algo que quizá cuesta muy poco dinero y es muy simple de arreglar.
Estos son algunos de los principales problemas que puede tener un aire acondicionado:
- Equipo sin gas por una fuga o por una falta de recarga.
- Ruido de flujo de agua durante la operación.
- El compresor no calienta. En este caso, el propietario del aire acondicionado lo que observa es que el equipo ha dejado de enfriar.
- La unidad no enciende.
- El compresor no arranca. Esto se observa porque el compresor no emite ningún sonido, la alimentación eléctrica no llega al compresor o es insuficiente.
- Conexiones eléctricas inadecuadas. Esto suele deberse a problemas habituales como un cable que no encaje correctamente en el enchufe o las malas condiciones de un tubo.
- Fallo en el compresor.
- El equipo no enfría. Como hemos dicho es un fallo muy común.
- Compresor defectuoso.
- Baja tensión o tensión incorrecta.
- Conexión inadecuada.
- Protector térmico distinto al especificado.
- Goteo de agua desde el panel frontal.
- Sensor de termostato o el de temperatura defectuoso.
- Problemas con el tamaño de los circuitos (amperios)
- Gas instantáneo en la línea de líquido.
- Diseño inadecuado de tubería. Esto puede deberse a una elevada altura vertical.
- El equipo se enciende y se apaga con frecuencia.
- Contaminación en el sistema. La humedad en el sistema puede deberse a diferentes casos.
- Fallo del elemento de poder o pérdida de carga.
- Baja presión de condensación. Para unidades de condensación enfriadas por aire, ocurre cuando el sistema de control de presión esta defectuoso o mal ajustado.
- La unidad no enciende. Puede deberse a que no esté enchufada completamente, el disyuntor este desconectado o, como fallo mayor, el fusible esté quemado.
- Sobrecarga de refrigerante o aceite.
- Acumulación excesiva de aceite en el evaporador.
Se recomienda que la limpieza no sea realizada por una persona sin formación previa.
Siempre se debe contactar a un profesional calificado y entrenado ya que si cometemos un error estaremos poniendo en riesgo la integridad del artefacto, y hasta podemos poner en riesgo nuestra salud o la de la persona encargada.
No debemos olvidar que se esta tratando con corriente eléctrica y como tal, debe ser respetada.
Si tienes en mente utilizarlo durante este verano, te recomendamos que te comuniques con un profesional en el rubro para que te pueda asesorar. En caso de que estés buscando repararlo porque detectas alguna falla, puedes también realizar tu consulta aquí para especificar que es lo que está sucediendo.