Dar un número cierto es difícil ya que no existen normas preestablecidas que nos garanticen el buen mantenimiento de nuestra vivienda.
Depende mucho de las personas que vivan en la casa y del tipo de vida que lleven. Si hay niños, las paredes se ensuciarán más, por lo que se debería pintar con mayor frecuencia. Lo mismo ocurre cuando se tienen mascotas, especialmente perros grandes.
Por otro lado, cuando hay fumadores las paredes y los techos tenderán a oscurecerse o incluso aparecerán manchas, dando una sensación más lúgubre, como más apagada.
La durabilidad de la pintura dependera de varios elementos como el sol, humedad, viento y polvo, que son factores de desgaste y decoloración.
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